El pasado miércoles se celebró en Orihuela el partido ante el Santo Domingo que se había aplazado por las condiciones en las que se encontraba el terreno de juego a causa de la lluvia. El resultado fue 33-29 a favor del equipo oriolano.
Quería adelantar que lo que sigue es una opinión personal y por tanto totalmente parcial, pero no puedo dejar de recalcar que otra vez hemos caído en los mismos errores que se vienen cometiendo desde hace al menos tres años, estos son los años que llevo en el club. Volvemos a buscar culpables externos, volvemos a justificar nuestros errores con circunstancias que nada tienen que ver con el baloncesto. Llevamos tres años de excusas y victimismo ante un equipo que no es superior en el aspecto técnico, pero sí lo es a nivel mental ante nosotras y sólo, por nuestra propia debilidad. Perdemos la concentración, estamos más pendientes de escuchar al entrenador contrario que al nuestro, nos fijamos en los fallos de los árbitros más que en los nuestros, justificamos nuestra falta de valentía con excusas sobre la dureza del juego del equipo contrario.
Como aspecto positivo a reseñar del partido, debo decir que el nivel defensivo fue bastante bueno durante todo el encuentro y que durante los primeros periodos se mantuvo un nivel de ataque aceptable, hasta que el rival se dio cuenta que no hacía falta presionar, que con esperarnos en su zona valía, y nuestro equipo viendo que las cosas no salen a la primera como esperan, se van olvidando poco a poco de que no es más que un partido, y sienten la presión de “el partido”.
No se supo aprovechar las innumerables pérdidas de balón no provocadas del Santo Domingo porque al llegar al ataque no únicamente la falta de ideas sino sobre todo la falta de valentía nos impidió sacar ventaja. No sabíamos crear espacios, no controlamos el ritmo y todo esto pasó, no porque no sepamos jugar sino porque jugábamos contra SANTO DOMINGO.
Y ya es hora de cambiar de actitud, tanto el equipo como todos los que les rodeamos. Santo Domingo es sólo un rival, igual que los demás, ni mejor ni peor, simplemente juega con sus bazas, TENEMOS QUE APRENDER A SUPERARLES EN LA CANCHA SIN EXCUSAS.
MARTA AGUIRRE.